El equipo de activistas de Greenpeace Alemania se ha sumado a la lucha de los habitantes de Lützerath, un pueblo que será demolido con el fin de ampliar las operaciones de una mina de carbón.
El mes de enero fue álgido en materia de protestas ambientales para el equipo de Greenpeace Alemania. La lucha de los ecologistas junto a los habitantes del pueblo alemán Lützerath, tuvo una escalada en la tensión ya que la resistencia pacífica fue interrumpida por la policía alemana que decidió intervenir y poner fin al asunto.
Los esfuerzos de los pobladores y activistas para frenar la demolición del pueblo de Lützerath, por parte de la firma RWE para ampliar la mina de carbón operativa en ese lugar, fueron interrumpidos de modo abrupto.
La policía en Alemania procedió al desalojo de miles de manifestantes climáticos que apostados en el pueblo de Lützerath, hicieron visible las tensiones por la política climática de ese país en medio de una crisis en materia energética, debido al cese del suministro del gas ruso por la guerra de Ucrania.
Los inicios del conflicto medioambiental en Lützerath
Las protestas en Lützerath comenzaron hace más de un año, cuando unos 200 activistas de Greenpeace junto a otras importantes ONG ‘s de Alemania ocuparon de modo pacífico el pueblo para evitar que las máquinas excavadoras comenzaran a realizar las tareas de expansión de la mina a cielo abierto .
El operativo policial que llevó adelante el desalojo fue autorizado por un fallo judicial regional que determinó que las tierras y casas del pueblo eran propiedad de la firma RWE . Esta empresa es la que tiene a cargo el desarrollo minero y debe ampliar la mina para seguir adelante con el aprovechamiento del carbón, un recurso clave frente a la crisis energética que comienza a vivir Alemania por falta de suministro de gas.
La batalla por evitar el avance de operaciones de la mina sobre el pueblo de Lützerath comenzó hace más de un año atrás. Pero, el nuevo escenario energético planteado por la guerra de Rusia contra Ucrania le dio relevancia, transformando a la lucha en todo un símbolo nacional dentro de la sociedad alemana y la política. Alemania , un país que se posicionó como líder político en la batalla contra el cambio climático ahora no puede desoír esta protesta.
Los políticos en la mira de las protestas
Los ministros alemanes que llegaron al gobierno con la firme promesa de terminar con la dependencia del carbón en materia energética, ante la crisis actual, optaron por ordenar la reactivación de algunas centrales eléctricas que funcionan a carbón. También ordenaron posponer los proyectos para desmantelar otras centrales (incluidas tres unidades de lignito regentadas por la firma RWE) para que el país pueda continuar con un abastecimiento eléctrico plen mientras se desarrollan proyectos energéticos en base a fuentes de energía renovables.
Ante los disturbios en Lützerath las autoridades dejaron asentado que esperan que este sea el último pueblo de Alemania que debe ser demolido para la ampliación de una mina de carbón. En este sentido, el gobierno mostró su firme compromiso para adelantar su ambicioso plan de eliminación gradual del carbón previsto para el año 2030 en la región de Renania del Norte.
Por otro lado, las acciones de protesta llevadas adelante por Greenpeace junto a otras agrupaciones ambientalistas ,no cayeron en saco roto. La empresa RWE y el gobierno alemán firmaron un acuerdo para poner un coto a la extensión de la mina. También , se logró el descarte de los planes que estaban en marcha para proceder a la demolición de otros cinco pueblos de esa misma región del norte alemán.
Lucha para resguardar las metas del Acuerdo de París
Las acciones de protesta han puesto en relieve las crecientes tensiones en relación a la política climática de Alemania que, según evalúan los ambientalistas ,pasó de lleno a un segundo plano tras la crisis energética que azotó a toda Europa luego de la invasión rusa a Ucrania. Esta problemática situación obligó al país a volver a pensar en el uso de combustibles más sucios el carbón, y de este modo incumplir una de las metas planteadas en el Acuerdo de París, de reducir el uso de combustibles sucios o contaminantes.
Por su parte, el gigante minero RWE afirmó que en paralelo, desarrollará acciones de inversión en el campo de las tecnologías de transición energética tanto en Alemania como en el mundo entero. Sin embargo, afirmó que hoy ante el escenario crítico en materia energética , Alemania necesita el lignito que se encuentra en el suelo del pueblo de Lützerath.