Greenpeace sostiene que la mejor manera de conservar nuestro maravilloso planeta es educando a las nuevas generaciones en el respeto al medioambiente. Una opción posible es crear para los más chicos y no tanto,dinámicas que enseñen a conservar la naturaleza basadas en actividades lúdicas. Así, se logra potenciar de forma paralela, otros valores como la solidaridad y la justicia entre los más pequeños.
Hoy Greenpeace te propone tres dinámicas de grupo para la educación medioambiental de los más pequeños, para ser utilizadas en el ámbito familiar y/o escolar. Empezamos con tres ejes bien abarcativos a los cuales les asignamos un nombre: “Tejiendo nuestro ecosistema”, “¿Qué sabes acerca de la ropa que llevas?” y “Un planeta finito”. ¿Estás listo para comenzar a jugar?
Con nuestras manos, tejemos y destejemos nuestro ecosistema
Esta actividad está enfocada en el aprendizaje de la interconexión vital que tienen todos los elementos de un ecosistema y que, si se daña uno de estos elementos, por muy pequeño que sea, se daña a todo el conjunto.
La primera propuesta lúdica de Greenpeace es que cada participante elija un elemento de un mismo ecosistema. Puede ser un animal, un elemento inorgánico como el agua o la tierra o una planta. Es mejor si se trata de un ecosistema que sea conocido por todos y si es cercano, mucho mejor. Por ejemplo : un ecosistema marino. Después, con un ovillo de lana, se procede a unir los elementos según la relación directa que estos tengan. Por ejemplo, el agua se une a un animal marino como es un crustáceo y luego , con otro animal que se alimente de este, como un delfín o una ballena.
Para mostrarle a los niños, el desequilibrio ecológico (metáfora del daño o desaparición de uno de los elementos que conforman el ecosistema) , la persona que lo representa debe soltar el hilo de lana y, por tanto, la unión del resto de los elementos no quedará tan resistente. Esta es una idea interesante para mostrar la interconexión vital de todos los elementos, aunque pequeños, que integran un ecosistema ¿Qué te parece la idea subyacente a esta actividad ?
¿Qué sabes acerca de la ropa que llevas puesta?
Este ítem es especial para trabajar con los adolescentes y construir un vínculo más sano con el mundo de la moda tan especial para ellos en esta etapa de la vida. El objetivo principal es forjar un consumo responsable, en particular porque se trata de un universo dinámico, muchas veces regido por el impulso espontáneo .
La dinámica comienza cuando se le pide a cada participante que compruebe en las etiquetas de la ropa que lleva en ese momento, dónde fue fabricada la prenda. Luego, se debe señalar en un mapa del mundo los países de origen de cada elemento que se lleve puesto, y la distancia entre su país y el de origen de sus prendas.
Lo más frecuente es que la mayoría de la ropa esté fabricada en los países en vías de desarrollo también conocidos como del Tercer Mundo. Tras esta verificación, se debe fomentar el debate haciéndonos junto a los chicos, preguntas acerca de ello: ¿por qué se fabrica la ropa en estos países? o ¿se podrá conocer cuál es su coste medioambiental (cuánto petróleo es necesario para su transporte hasta nuestros países)?
Este ejercicio se puede realizar con otros bienes de consumo, como por ejemplo la comida (poniendo mayor atención a los productos que son producidos de forma local frente a los que se importan de países lejanos). Se puede repetir la actividad con los juguetes o los dispositivos electrónicos, etc. ¡Te sorprenderás respecto de todo lo que se puede descubrir!
Aprender que los recursos del planeta son finitos
Para esta actividad se debe elegir un alimento, preferiblemente seco y que no manche (legumbres o algún tipo de pasta seca), y distribuirlo por toda la sala donde se realice la actividad. Algunos deben estar bien visibles y, otros, más o menos escondidos.
Luego ,se divide a los participantes en cuatro grupos y , siguiendo un orden y por un tiempo acotado (con unos segundos basta), se le pide a cada grupo que recoja los alimentos necesarios para su supervivencia en el planeta. Lógicamente, cuando sea el turno del último grupo no le será tan fácil obtener esos recursos vitales.
Al finalizar el tiempo, y una vez que los cuatro grupos han recogido sus alimentos, la persona a cargo de la actividad deberá explicarles la metáfora implícita en la actividad : destacar que los alimentos constituyen los recursos elementales que el ser humano necesita para vivir, que también incluyen el agua,la ropa y la energía. El espacio donde se desarrolla la actividad es nuestro planeta. Y que ellos, han representado a cuatro generaciones de la población mundial. Cada una de ellas ha ido restando recursos vitales a las siguientes. La última, sin duda, habrá experimentado lo que significa la escasez de recursos naturales y habrá sentido el duro peso de una situación difícil y compleja.
De este modo, se debe alentar un debate entre los más chicos partiendo de lo que han sentido y pensado mientras era su turno en el juego : quizás, para el primer grupo fue más fácil y el último, se quedó con un sabor amargo al no haber conseguido suficientes recursos para vivir. La idea es que ese pensamiento pueda ser trasladado a los recursos del planeta y alentarlos a pensar: ¿Qué pasará, entonces, con las siguientes generaciones si los recursos decrecen de forma abrupta?
Alentar a realizar sus propias conclusiones finales
También es conveniente destacar que, en los países más desarrollados, antes de que acabe el año, ya se han gastado más recursos de los que ofrece el planeta y, por consiguiente, reflexionar que no se estaría viviendo de forma sostenible.
Con actividades en grupo como estas, hoy se puede colaborar en la misión de formar conciencia entre los más chicos y jóvenes respecto del cuidado del medio ambiente de una forma fácil y divertida. Además, podrán comprender de modo simple que está en nuestras manos la salud de nuestro planeta, y que somos sus habitantes quienes tenemos el deber de cuidarlo, pero que el futuro es de quienes vendrán después y por ello, debemos ser responsables por lo que les dejamos.