Greenpeace conversó con Paula Caballero , directora de The Nature Conservancy para América Latina en el marco de la COP16. Un interesante diálogo en el que con agudeza y genio, donde la líder en proyectos de conservación, nos ayuda a repensar los desafíos ambientales que debe enfrentar la región, como así también sus modelos de desarrollo económico junto a nuevos conceptos clave como el de tecnología ambiental.
En la Conferencia de Naciones Unidas para la Biodiversidad,(COP 16) celebrada del 14 de octubre al 1 de noviembre de 2024 en Cali, Colombia, Paula Caballero interpeló con fuerza al mundo. La razón de su fuerte y directa intervención , según explica, es que ya no tenemos tiempo de irnos por la tangente cuando a nuestro alrededor vemos en ciernes que se abre una catástrofe climática en cámara lenta.
La biodiversidad, exhorta Caballero, la creación toda, sufre dolores de parto hacia su lento tránsito a la agonía y el mundo pretende no oír su clamor y seguir caminando hacia objetivos más cortoplacistas que a la larga, se traducirán en más pérdida de especies y en un mayor desequilibrio ambiental en América Latina y el mundo.
Paula Caballero explicó que esta región, desde hace tiempo, “se enfrenta cara a cara con una grave amenaza: la progresiva conversión de sus tierras, mediante la deforestación intensiva, para llevar adelante desarrollos de agricultura, ganadería y desarrollos energéticos. Por ello, hoy día se debe promover de modo fuerte y decisivo, un nuevo modelo de desarrollo sostenible. Es decir, que , que sea sostenible, implica que este desarrollo pueda balancear, equilibrar, el crecimiento económico con la necesaria salvaguarda de los ecosistemas vitales para la región. En América Latina, estos sitios clave para la biodiversidad son por ejemplo, los humedales, y que hoy en día, son los ecosistemas que se encuentran más amenazados a nivel global. De hecho están desapareciendo a un ritmo veloz, alarmante y llevándose en este camino a muchas especies autóctonas que no pueden sobrevivir fuera de ellos. Por esta razón y ante esta degradación que pone en riesgo toda la capacidad regional de América Latina para hacer frente al cambio climático, debemos actuar con suma urgencia para evitar más deterioro y pérdidas de biodiversidad.
Una puerta de salida frente a la deforestación y pérdida de especies
Greenpeace: ¿Cuál cree usted que sea la salida para lograr un equilibrio entre los intereses del sector ganadero y el cuidado de la biodiversidad en áreas clave de América Latina como Pará en Brasil y en la Orinoquía?
Paula Caballero.: En Brasil, en la zona de Pará, y desde hace más de 10 años, se trabaja en conjunto con el gobierno regional, los pueblos originarios, las comunidades locales y el sector ganadero para poder llevar adelante acciones concretas con una visión integradora , holística. Una de las claves del éxito logrado al momento, es el programa de la trazabilidad . Gracias a este trabajo, se ha identificado a la trazabilidad como un mecanismo crítico y se demostró que funciona y es viable. En este contexto y gracias a este logro, ya el gobierno regional ha exigido que para el año 2026, que las 24 millones de cabezas de ganado de Pará puedan contar cada una con esta trazabilidad individual.
Para Caballero, esta importante medida será la clave para eliminar la deforestación de la cadena de valor y además, permitirá a los productores ganaderos acceder al mercado europeo -muy exigente respecto a las normativas de buenas prácticas ambientales-, donde en poco tiempo, comenzará a regir una nueva regulación que prohibirá toda importación de productos básicos que se encuentren vinculados a la deforestación. Aunque alcanzar este objetivo es un gran desafío, el programa ha demostrado ser viable y representa un verdadero cambio de paradigma con beneficios ambientales.
G: Además del tema de la trazabilidad del ganado, usted mencionó que en la zona de la Orinoquía, Colombia como país, debe preguntarse si el uso actual del territorio es sostenible en el largo plazo. ¿Podría ampliar esta idea?
P.C.: La Orinoquía en Colombia, posee una riqueza natural apabullante pero hoy está en la mira como un territorio con un gran potencial para ser explotado para desarrollos agropecuarios y energéticos. Los expertos en conservación ambiental advierten que allí la riqueza natural en toda su amplia diversidad es muy frágil. Por ello, es imperativo cambiar el paradigma actual de interacción con la naturaleza dado que esta tierra no es solo un territorio a explotar: es vida, salud y freno al cambio climático. Se debe desarrollar de antemano una planificación integral temprana que pueda contemplar y evaluar todas las dimensiones de un proyecto económico agrícola ganadero o energético. Allí deben estudiarse en su estrecha relación las dimensiones sociales, económicas y ambientales con una perspectiva de largo plazo.
Paula Caballero, como cierre de la charla, enfatizó que el desarrollo sostenible se puede entender, de manera simple, como aquel proceso de crecimiento económico que mantiene oportunidades y opciones abiertas o viables de cara al futuro. Así mismo resalta que , la sobreexplotación de los recursos, tal como ha ocurrido con el hídrico en la Orinoquía, excede la capacidad de carga y de regeneración de los ríos, lo que indefectiblemente resultó en la escasez de este recurso afectando el desarrollo de las poblaciones . Además, la dirigente de TNC recordó que la cuenca del Orinoco que es la segunda cuenca más biodiversa de todo el planeta y un puente ecológico vital para la preservación de los ecosistemas andinos y la Amazonía, por ello, se debe trabajar fuertemente en su protección integral.