
Greenpeace invita hoy a reflexionar acerca de nuestras prácticas de reciclado, ya que la mayoría de los residuos que contaminan las aguas del Riachuelo son producto de una mala gestión de los residuos urbanos. Por ello, una campaña para generar conciencia ambiental nos desafía urgente a todos.
El Riachuelo es un río que ha dado vida a toda la costa de la Ciudad de Buenos Aires y a la franja costera de la Provincia de Buenos Aires. A pesar de que ha sido de crucial importancia para el sostenimiento de la vida a lo largo de la historia del país, es nuestra gran deuda pendiente ya que su contaminación sigue siendo indiscriminada, llevando por su cauce plásticos y restos de poda que quedan estancados o terminan en las aguas del océano.
Los datos concretos llegan a través del análisis semestral de la Autoridad Administrativa de la Cuenca del Riachuelo de La Matanza (ACUMAR), y se conoció por cuarta vez consecutiva , que la mayoría de los residuos que llegan al cauce principal del río son elementos plásticos y ramas de árboles, producto de las actividades forestales y de desmalezado. Esta información se obtiene a través de la caracterización de residuos, que pretende proporcionar un conocimiento más detallado de lo que sucede dentro de la cuenca, permitiendo diseñar acciones que promuevan una gestión más sostenible de los residuos.
La caracterización de residuos es parte de la misión de ACUMAR que junto al voluntariado de Greenpeace , se ocupa de limpiar los ríos e incluye la extracción de residuos sólidos flotantes a granel y el mantenimiento de los cuerpos de agua. Los tres primeros estudios de residuos contaminantes se realizaron en cuatro tramos de la cuenca, y esta vez se incluyeron nuevos puntos de análisis.
Los residuos sólidos que no deberían llegar al Riachuelo
De los residuos analizados, alrededor del 46,2% son plásticos; el 43% son ramas de árboles y restos de desmalezados ; el 2,7% son maderas; el 2,7% corresponden a textiles; el 1,5% son envases metálicos y el 1% son pañales y vendajes; 0,7 El % es caucho, caucho y cuero y el 0,7% es vidrio.
“Limpiar las aguas del Riachuelo es todo un desafío para el equipo de voluntarios. Se trata de una actividad muy difícil, y a la vez positiva y reconfortante. Sabemos que junto a los que saben realizar este trabajo arduo y complicado, es necesario aportar con un pequeño granito de arena. Luego cuando se ven todos los deshechos que se extraen realmente caemos en la cuenta de la importancia de esta actividad ya que sino todo ese material va directo al océano y perjudica grandemente a toda la fauna marina y por ende a una de nuestras fuentes de alimentación y sustento de muchas personas” contó Maricruz , voluntaria de Greenpeace.
El presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella, destacó acerca de esta labor : “El cuidado ambiental se da por fases. En una fase avanzada, para procurar la salud integral de nuestra cuenca del Riachuelo, es necesario profundizar en el trabajo de sensibilización sobre el cambio de hábitos para cuidar el medioambiente y la salud urbana integral. Estos cambios deben hacer foco en un aprendizaje efectivo para proceder al reciclaje de los residuos. Una acción debe empezar en las casas y luego en las escuelas. La gran mayoría de los residuos que se extraen del Riachuelo son evitables y este mal manejo es uno de los principales focos de contaminación del río. Reflexionar sobre lo que tiramos y reutilizar lo que se pueda para sumar valor , es un camino positivo hacia una gestión de residuos más sostenible, por lo que en esta dirección estamos un paso más cerca de la cuenca que queremos”.
Una Cuenca histórica
La Cuenca del Riachuelo es parte fundante de la historia del país, un territorio con más de 200 años de historia y de memoria. El desafío de reestructurarla y sanearla pasa por tomar en cuenta estas características y comprender que se deben desarrollar estrategias para generar un vuelco positivo en esta difícil tarea, en la que también son protagonistas las personas que viajan, trabajan, estudian y viven dentro de la cuenca.
Iniciativas de voluntariado para el saneamiento y la difusión de medidas para el buen reciclado que lleva adelante Greenpeace es una parte fundamental en el cambio para que sea sostenible. Estos proyectos demuestran que a través de esfuerzos coordinados entre los sectores público y privado, se pueden encontrar soluciones integrales y creativas al falso dilema entre producción y protección ambiental.