Proteger la vida de las generaciones actuales y futuras es prioridad para Greenpeace y para la comunidad científica internacional , que hoy clama por una rápida eliminación de los combustibles fósiles. Esto es un paso urgente que se debe dar a nivel global para no pasar los 1,5ºC que marcan el límite tope para frenar los efectos irreversibles del calentamiento global.
El consenso científico internacional es bien claro: para proteger la vida y la salud de las generaciones presentes y futuras es necesario una urgente y equitativa eliminación de los combustibles fósiles a nivel mundial, para no superar los 1,5ºC límite de la temperatura del planeta. Por ello, los profesionales y organizaciones de la salud hacen un llamado a todos los gobiernos del mundo para que implementen y desarrollen un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, que establezca un plan global legalmente vinculante para cumplir objetivos ambientales urgentes que se detallan a continuación y a los cuales Greenpeace adhiere plenamente: (Parte I)
1- Poner fin al desarrollo de toda nueva infraestructura y producción de combustibles fósiles , poniendo fin a las actividades e inversiones en todas las exploraciones, extracciones y construcciones de infraestructuras de combustibles de tipo fósiles , de acuerdo con los mejores datos científicos disponibles.
2- Se debe eliminar de modo progresivo, la producción y el uso de combustibles fósiles de forma justa y equitativa, según la urgente necesidad de cumplir con el objetivo climático global de no superar los 1,5 C de calentamiento del planeta. Para hacer frente a la realidad que evidencia la desigualdad existente, hacemos un llamado a los países más ricos para que proporcionen su apoyo financiero y tecnológico a los países pobres, así como todos los medios posibles para que procuren el abandono de los combustibles fósiles. Esto es fundamental como garantía de que la transición coopere en la reducción de la pobreza en lugar de agravarla.
La quema de combustibles fósiles y sus consecuencias para la salud.
3- La contaminación del aire, sobre todo la que es producto de la quema de combustibles fósiles, ocasiona más de siete millones de muertes cada año. Contribuye a la aparición y el agravamiento de las enfermedades cardiovasculares, las afecciones respiratorias y de distintos tipos de cánceres.
4- El calentamiento global crea las condiciones ideales para la transmisión de enfermedades a través del agua y los alimentos, así como la propagación de enfermedades transmitidas por diversos vectores, socavando décadas de progreso en la salud pública mundial. El cambio climático, también será el responsable del aumento de enfermedades y muertes relacionadas con el calor, especialmente para los grupos más vulnerables : los niños pequeños, los trabajadores al aire libre y los adultos mayores.
5- Las inundaciones, las sequías, los fenómenos meteorológicos extremos y la subida del nivel del mar producto del cambio climático perturban los medios de subsistencia del hombre : contaminan el agua, dañan las infraestructuras y obligan a muchas personas a emigrar, especialmente a las poblaciones que viven en pequeñas islas, regiones costeras y zonas bajas.
Cuando tomar decisiones claras es marcar la diferencia
En este sentido, cuando acontecen fenómenos meteorológicos extremos, se interrumpen las cadenas de suministro de productos médicos a nivel global y se devastan las instalaciones sanitarias. Esto repercute gravemente en la capacidad que tienen los trabajadores de la salud para prestar la debida asistencia sanitaria a los afectados por estos siniestros.
Los profesionales de la salud que claman por un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles trabajan duro para salvar vidas. Es su deber, sostienen, dar prioridad a la seguridad, la dignidad y comodidad de los pacientes. Y, por supuesto tienen la obligación de denunciar los graves riesgos para la salud de las personas en todo el planeta, que suponen la extracción y el uso continuado de combustibles fósiles.
En la actualidad, se están realizando numerosos esfuerzos para construir sistemas sanitarios sostenibles y con bajas emisiones de carbono, tanto a nivel nacional como institucional, pero para proteger la salud integral y garantizar la vida de las generaciones actuales y futuras, se debe hacer mucho más de modo colectivo para reducir rápidamente las emisiones de carbono en todo el planeta. Como afirma Antonio Gutierrez, secretario general de Naciones Unidas : “No tenemos un Planeta B y debemos actuar antes que sea demasiado tarde”.
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