
Cada 3 de julio se celebra en todo el mundo el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. El objetivo es generar conciencia acerca de la necesidad de reducir el uso de bolsas plásticas de un solo uso, uno de los principales residuos contaminantes de los ecosistemas de tierra y agua. Por ello,Greenpeace te acerca los puntos destacados de un estudio realizado por la Secretaría de Ambiente y Conservación de Recursos Naturales de la Universidad Nacional de La Plata para generar conciencia acerca de esta problemática que todos podemos contribuir en mitigar.
Los productos de plástico, con su llegada revolucionaria en la década del 50’ han generado profundos cambios en la forma en que vivimos los hombres en el mundo moderno. Su uso reemplazó a los materiales que hasta ese entonces se empleaban para casi todo, como la madera, el vidrio y el metal. Y, desde que se adoptó masivamente por las diferentes industrias , su producción, utilización e implementación se ha incrementado a una velocidad alarmante.
Sin embargo, la contracara de la llegada de este “progreso”, ha sido que las bolsas de plástico se han convertido en uno de los mayores residuos catalogados como “problemáticos” del mundo, ya que al no ser desechados y /o reciclados del modo adecuado, se tiran indiscriminadamente provocando el llenando de vertederos y contaminando ecosistemas terrestres y acuáticos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente, cada año se vierten a los océanos alrededor de 11 millones de toneladas de plásticos de un solo uso, siendo los plásticos un 85 % del total de los desechos en estos ambientes. Los plásticos se han convertido en un flagelo, en una verdadera amenaza para los ecosistemas marinos además de repercutir en la vida de las personas de formas aún no dimensionadas, ya que todo en el mundo natural, está profundamente interconectado.
La contaminación por plásticos, un o problema ambiental que afecta al Río de la Plata
Las bolsas de plástico, en su mayoría, están conformadas por polietileno de alta densidad (PEAD) o baja densidad (PEBD). Según explica el CEAMSE, el PEBD es el tipo de plástico más abundante entre los residuos sólidos, representado en gran medida por las bolsas plásticas. Este dato no debería sorprender, ya que en la actualidad, poco más de la mitad de la producción de plásticos está conformada por distintos productos de embalajes, entre ellos bolsas, destinados a un solo uso.
En la provincia de Buenos Aires está en vigencia la Ley 13.868, que prohíbe a los comercios la entrega de bolsas de plástico a sus clientes,dado que el PEBD, es uno de los principales problemas relacionados con la gestión de los residuos debido a los elevados volúmenes de este elemento que se encuentran presentes en el ambiente, especialmente en los ecosistemas acuáticos de agua dulce aledaños a zonas urbanas e industriales.
En este sentido, un tipo de ambiente en extremo vulnerable a los diferentes tipos de contaminación, son los estuarios dado que la mayoría de ellos en sus márgenes costeros, se encuentran ocupados por la urbanización y reciben el vertido de aguas residuales. En la provincia de Buenos Aires, el estuario del Río de la Plata, no está exento al ingreso de diversos contaminantes. La zona costera, más densamente poblada,es un área donde se desarrollan actividades industriales, portuarias, recreativas y recibe la descarga de numerosos ríos y arroyos contaminados, además de recepcionar efluentes cloacales. Por otro lado, en sectores cercanos al área costera del estuario, se encuentran apostados numerosos basurales -informales- a cielo abierto, que contribuyen al aporte de distintos tipos de desechos, entre ellos bolsas y demás plásticos.
Plásticos en los organismos del estuario del Río de la Plata
Una vez que los restos de bolsas plásticas y demás plásticos, alcanzan los diversos ecosistemas, con el paso del tiempo comienzan a sufrir un proceso de desgaste natural dado por fotooxidación (exposición directa a la radiación solar), abrasión mecánica y erosión, que van produciendo la fragmentación de los residuos plásticos en partículas de menor tamaño, igual o menor a 5mm, denominadas microplásticos. De allí, la ruta es simple, son ingeridas por los distintos organismos que a su vez, forman parte de la alimentación de otros animales llegando así hasta el hombre.
Por ello, un mayor control sobre la producción de plásticos basado en una legislación más estricta , junto con campañas de educación ambiental y la mejora en la gestión de residuos, clasificación, tratamiento y reciclaje, son algunas de las medidas básicas que ayudarán a mitigar el impacto de los plásticos en el ambiente.
Por otra parte, Greenpeace sostiene que el accionar individual es otro factor clave para llevar a una reducción en el uso del plástico, si por ejemplo, decidimos utilizar bolsas reciclables, o si tiramos las bolsas de plástico en los contenedores aptos para reciclaje. Estas son medidas simples que están a nuestro alcance y hacen una gran diferencia contribuyendo así a disminuir la contaminación plástica en el ambiente.