Greenpeace nuevamente llama al mundo a tomar medidas urgentes, más firmes y coordinadas entre todo el concierto de naciones para frenar el flagelo del plástico. Un elemento que está impregnando el aire, mares, tierra y llega al hombre por medio de los alimentos.
La vida en la tierra está cambiando de modo dramático. La superficie toda se está transformando en plástico. Plástico invisible que llega en forma de micropartículas a los suelos, el aire, los ríos, el mar , las criaturas de la naturaleza y luego pasa al cuerpo del hombre de modo imperceptible. Los científicos calculan que, en la actualidad, una persona consume sin notarlo, a través del agua y los alimentos, el equivalente en plástico en formato de micropartículas, por semana, de una tarjeta de crédito.
Lo cierto, es que muchos científicos han ido levantando la voz alrededor de todo el mundo para hacer reflexionar a las personas , empresas y gobiernos acerca de las consecuencias que tiene en las personas el consumo de plástico en formato de micropartículas. Si bien, entender de modo cabal este desafío es nuevo para el mundo de la medicina, lo que sí se tiene en claro al momento, es cómo actúan los plásticos cuando ingresan en el organismo de modo subrepticio.
El efecto más notorio es su potencial para actuar como disruptores endocrinos, es decir que actúan directamente sobre las glándulas endocrinas, encargadas de regular el funcionamiento de nuestras hormonas. De aquí que, esta “invasión” plástica que actúa de modo secreto en el cuerpo , impide el normal funcionamiento de nuestras glándulas , responsables de la regulación vital de todos los órganos del cuerpo humano.
Acciones mundiales positivas para frenar la contaminación plástica.
Si bien, se han hecho grandes avances para poner freno al flagelo del plástico, en lo concreto no han llegado a materializarse de modo efectivo e impactar positivamente en la vida y salud del planeta. Pero, Greenpeace alienta y celebra los logros alcanzados y brega por generar aún mayor compromiso por parte del sector empresario y gubernamental para que se conviertan en los guardianes de la salud de las personas y del medio ambiente, haciendo los cambios pertinentes mediante legislaciones y controles adecuados en todos y cada uno de los países del globo.
En este sentido, se debe destacar el Acuerdo Global de las Naciones Unidas para intentar poner fin ( centeno y definitivo) a la contaminación por plásticos (INC-2) que se celebró en París en junio pasado . En esta convocatoria mundial , se gestó otro gran paso hacia adelante en los esfuerzos globales para dar con una solución acertada y abordar con mayor firmeza la gran crisis del plástico que está poniendo en jaque al planeta.
Greenpeace ha sido testigo privilegiado de cómo la mayoría de los gobiernos han pedido de modo enérgico celebrar un acuerdo global ambicioso que contenga reglas vinculantes concretas y específicas para todo el ciclo vital de los plásticos: desde su fabricación, circulación hasta su descarte o reciclado. Los participantes se mostraron también muy entusiasmados a la hora de adherir de modo formal, a las proposiciones sugeridas por Greenpeace, que incluyen prohibir a nivel global el uso de productos plásticos conocidos como “de alto riesgo” y de otros elementos nocivos como los polímeros. También, se ha pedido la reducción inmediata o significativa (según las posibilidades dadas en cada país) de su producción y consumo, así como más énfasis en la difusión de políticas efectivas que incentiven el reciclaje , la reutilización y la gestión adecuada de los residuos plásticos.
Un camino de esperanza hacia el compromiso global
Según las voces expertas, en el corto plazo el mundo debe enfocarse fuertemente en bajar a la práctica el contenido del acuerdo en cada país. Con ello, se debe evitar todo margen retraso en esta primera fase de implementación, dado que mientras se pierde tiempo, a la tierra y al océano siguen llegando toneladas de plásticos cada mes. Esta es una crisis global, y los países deben comprender cuán urgente es que se tomen de modo rápido y con gestiones eficientes, las medidas prácticas que permitan darle fin a la contaminación plástica.
Greenpeace alienta a todas las naciones a no cesar en la innovación , en la búsqueda de respuestas creativas apelando al mayor capital humano que tienen los países que es la creatividad de sus habitantes .
Como garante de la salud ambiental mundial, Greenpeace también recomienda que los países busquen aliarse desde una visión global para lograr un acuerdo mundial ambicioso que de una respuesta inteligente y satisfactoria a la contaminación plástica. Por ello, alienta a que se conforme una coalición a gran escala para que ésta sea muy fuerte y tenga la adecuada capacidad de dirección global. De este modo, se podrá responder de modo satisfactorio a un flagelo que atenta contra la vida del planeta que no se puede postergar por más tiempo.