Karin se unió a la lucha de Greenpeace luego de graduarse de capitana en la escuela marítima de su Finlandia natal.A pesar de sus jóvenes años es una experta navegante y profesional de abordo.Atesora cada momento que pasa de servicio en el MV Esperanza. Y, con cada nueva misión para cual la convocan se renuevan sus esperanzas de dejar un mundo mejor a las nuevas generaciones.
Karin ama el mar desde que tiene uso de razón. Su pueblo natal, Jacobstad está ubicado en la costa oeste de Finlandia, y el mar es un integrante más de la vida cotidiana de su gente Por ello, con apenas 17 años a Karin le pareció natural comenzar a navegar. Recuerda que amaba contemplar la costa de su pequeño pueblo costero de apenas 20 mil habitantes que resplandecía suave en la noche del mar.
El amor por el mar le resultó algo natural. Pero Karin, no sabía a ciencia cierta qué rumbo quería darle a su vida. “Estudié en una escuela marítima en mi pueblo natal. Pero en realidad no estaba segura de lo que quería hacer en el futuro. Como siempre me gustó navegar, quise probar suerte en la escuela marítima. Pensaba que ahí me sentiría como en casa, porque cuando era chica formaba parte de los sea scouts.
Mi familia me apoyó siempre. Ya desde chica, me gustaba mucho pasar horas frente al mar, sabía que era por ahí y que no podía errar demasiado en mi elección. Una linda anécdota de esos tiempos, es cuando me escondía en el barco que tenía mi hermano. Me subía de polizón cuando él, que es diez años mayor que yo, salía a navegar con sus amigos” recordó Karin.
Comenzar a navegar los mares de la vida
Los primeros logros personales fueron llegando: Karin se graduó de capitana en la escuela marítima. La flamante profesional, al poco tiempo comenzaba una carrera como tal. Un barco granelero de unos 60 metros de eslora, la contrató para sus filas. “Era un buque de carga comercial que transportaba grava por el Mar Báltico y el Mar del Norte. Era un trabajo durísimo, jornadas muy extensas, pero había momentos lindos también” contó Karin.
El siguiente paso profesional fue más de lo mismo. Pasó a un carguero de más porte , carga y envergadura pero había un vacío en su interior que no podía colmar. No le encontraba sentido a una profesión que realmente amaba. Por eso cuenta “empecé a buscar trabajos en barcos de expedición”.
“Una conversación casual cambió mi vida” prosiguió Karin. “Uno de los capitanes con los que trabajaba me dijo una vez que hay que en la vida todo se define por tomar buenas decisiones a temprana edad . Y, que si él pudiera volver a elegir, y si no tuviera una familia, trabajaría para Greenpeace. Así fue cómo me enteré que quizás también podía trabajar para la organización en un futuro. Enseguida apliqué y me contrataron. Tenía apenas 23 años, pero una vocación inmensa” recordó.
El timón orienta su vida hacia las aguas de Greenpeace
Una perspectiva de vida diferente se abrió para Karin al sumarse al equipo de Greenpeace. En los primeros años con la organización, surcó los puertos de India, España, Brasil, el Ártico y la Antártida. Además pudo pilotar junto a las tripulaciónes del MV Esperanza, el Artic Sunrise y el Rainbow Warrior III. “Greenpeace me abrió el mundo. El mundo dónde yo quería estar”, indicó.
La satisfacción de estar el lugar indicado la plenifica como persona y como profesional. En la última expedición, se repartió los turnos con la tercera a Bordo, Simona, que nació en 1993 como ella, pero en Bulgaria, y con Raphael, el alemán que oficia de primer oficial. El capitán fue Sergiy, venido desde Ucrania.
“Antes de trabajar en Greenpeace, ya me preocupaba mucho la cuestión medioambiental. Para mí, la naturaleza es mi casa y el mar siempre fue muy importante a lo largo de mi historia”, sostuvo Karin. “En cada viaje conocés a distintas personas y aprendés muchísimo de cada problemática ambiental. También, a futuro, espero poder participar más de las acciones, lo cual es difícil porque tengo que priorizar mi trabajo a bordo. Por ahora tuve una chance en España, en el 2018. Pero no me quejo, estoy feliz de estar donde estoy hoy, sirviendo a la causa de Greenpeace como profesional” concluyó acerca de sus experiencias de trabajo y de militancia pacífica en la organización.