
Jane Goodall, la célebre etóloga británica explica en un relato que desanda su propia experiencia como científica en África, por qué plantar árboles es tan importante para el futuro del planeta. Y cómo podemos, desde cualquier punto del planeta sumarnos a una iniciativa tan simple como vital .
Jane Goodall, a sus 90 años es digna exponente de la sabiduría que la vida le regaló y, lejos de una postura egoísta, no la guarda para sí como un tesoro sino por el contrario, abre este cofre ampliamente a quien se lo solicite y comparte su legado con todos. Dueña de una mirada límpida,sonrisa diáfana y una paz imperturbable, explica que la edad, por fortuna, no le ha planteado un obstáculo infranqueable a la hora de continuar su misión de vida, aquello por lo cual respira y que le hace abrir los ojos con esperanza cada día: ser guardiana del bienestar de todos los animales y bosques del planeta.
Su campo de trabajo desde siempre ,ha sido la etología, una palabra que etimológicamente, proviene del griego “ethos” que significa comportamiento, por lo que la Etología como disciplina científica, es la que se ocupa del estudio del comportamiento de las especies animales, todas, incluido el hombre, en su medio o espacio vital natural. Un campo clave, en el que la Dra Goodall ha realizado grandes aportes a la ciencia y a la humanidad toda.
Acerca de la situación crítica que vive el planeta en la actualidad, su voz trae esperanza, y su primera perlita de sabiduría la regala en una reflexión basada en su experiencia de vida : «Una de las razones para estar firmes en la esperanza está basada en la resiliencia de la naturaleza. A lo largo de mis años de trabajo he podido ver que cuando le das una oportunidad al terreno, y dejás de explotarlo y destruirlo, es sorprendente ver cómo la naturaleza puede hacerse cargo de ese terreno otra vez , sanarlo poco a poco y embellecerlo. Pero, sucede que a veces, el terreno ha sido destruido y maltratado por muchísimo tiempo y, en esos casos puntuales,el hombre debe intervenir y tenemos que plantar árboles».
De chimpancés , África y una selva incomparable
La Dra Goodall comenzó su carrera científica estudiando a los chimpancés en Gombe, Tanzania, en África Oriental. Allí, con sus métodos revolucionarios de estudio, cambió para siempre la manera-netamente occidental- de ver, entender y concebir a los chimpancés. Pero lo cierto es que el tiempo pasó y su campo de estudio ,que abarcó diferentes puntos del África, fue variando y la llevaron hacia otros horizontes. Luego de 30 años de su primera visita, regresó a Gombe lugar donde se enamoró de los chimpancés y decidió que se dedicaría a estudiarlos y protegerlos de por vida, y lo que vió, la dejó desolada.
«Gombe era parte vital del cinturón forestal ecuatorial en la década del 60, cuando comencé. Para 1990, se había convertido en una pequeña isla de selva rodeada por una serie de elevaciones completamente deforestadas donde los lugareños luchaban por sobrevivir. En ese momento, comprendí que, si no ideábamos algo para ayudar a la gente a encontrar una nueva forma de vida , que incluyera una alternativa a un estilo de vida que no destruyera el medio ambiente, mucho menos podríamos salvar a los chimpancés. Así fue cuando me involucré activamente en programas para mejorar la vida de las personas que comenzó con la restauración de las selvas. Luego, esto se extendió poco a poco a los demás países africanos y tomó el cariz de una misión global».
Hoy, en todo el mundo, gracias a la Dra Goodall, miles de niños y jóvenes están plantando árboles. A través de su innovador programa de reforestación Roots & Shoots (Raíces y Brotes), que tiene presencia en más de 60 países, incentiva y crea conciencia entre los más jóvenes y pequeños a colaborar en el cuidado de la naturaleza. Ahora, la Dra Goodall, está llevando su misión inicial de reforestación al próximo nivel, uniéndose al movimiento global del Foro Económico Mundial para plantar y proteger un billón de árboles. Un movimiento que se basa en los datos de la ciencia, que resalta que las soluciones naturales , como el plantar árboles, podrían contribuir enormemente con la mitigación de los efectos dramáticos del cambio climático, reduciendo alrededor de un tercio de las emisiones que se necesitan para el 2030.
Soluciones basadas en la naturaleza
La Dra Goodall sostiene que el retorno de la vida silvestre y la reforestación de los terrenos funcionarían en el futuro como grandes sumideros de carbono. «Reverdecer los terrenos significa proteger y salvar las selvas tropicales, restaurar bosques cuando esto sea posible y plantar miles de árboles. Plantar árboles es algo muy simple, algo que todas las personas , jóvenes y niños pueden hacer . Hoy más que nunca , plantar un billón de árboles es un desafío crucial para el futuro de la Humanidad, por ello los invito a todos, a unirse a la iniciativa mundial del Foro Mundial Económico que busca cumplir esta meta para cambiar el futuro del planeta de cara al 2030 , algo en lo que todos podemos y debemos contribuir”cerró la científica.