
Un grupo de destacados científicos que realizó un estudió de la zona, constató que el aumento progresivo del nivel del mar y el cambio en la recarga del acuífero costero en Sisal, Yucatán, incrementarán en el agua subyacente, los niveles de salinidad . Esta realidad, en un lapso corto de tiempo, pondrá en jaque la única fuente de agua potable para toda la región. (Parte I)
La crisis climática está delineando nuevos escenarios, tal como ocurre en la Península de Yucatán, México. Allí, se encuentra el acuífero costero, el mayor reservorio de agua dulce de la región y donde el aumento del nivel del mar y los cambios en las precipitaciones,han desatado el comienzo del que -según afirman los expertos hidrólogos- será el fin del agua dulce en la Península.
De hecho, un estudio reciente liderado por César Canul Macario, ingeniero civil por la Universidad de Yucatán, estima que para 2035 estarán gravemente comprometidas algunas zonas clave del acuífero y con ello, el abastecimiento de agua dulce, un elemento vital para toda la región . En esta línea, el Dr Macario indicó que : “Las muestras de agua analizadas en laboratorio, revelan lo que ya suponíamos, la presencia de valores e índices muy preocupantes, que hoy ya sobrepasan ampliamente los márgenes permitidos. El acuífero costero está agonizando, esto lo leemos claramente en los valores actuales de sales,metales y minerales del agua”
Irineo Novello, quien se desempeña como comisario de Sisal, cuenta a Greenpeace con pesar , el drama que hoy se vive en el Distrito . Dice que cuando era pequeño era muy sencillo encontrar agua dulce . Tan solo bastaba hacer un pozo de poca profundidad en la arena y ya, antes de llegar al metro y medio, el agua clara surgía del fondo , un agua fresca, prístina, totalmente potable.
El tiempo pasó muy rápido desde aquellos días y en 58 años, cuenta el comisario, los pozos de agua que existen en Sisal —un bello y tranquilo puerto costero del estado de Yucatán ubicado al suroeste del país, que se baña en las aguas turquesas del Golfo de México—, se convirtieron en olorosas y fétidas letrinas. El agua antes prístina, comenzó a despedir fuertes hedores, un fenómeno que el Dr Canul Macario tipificó como de “salinización”.
El agua potable en jaque
El movimiento del agua dulce hacia desembocar en el mar es lo propio en todo acuífero costero, un proceso paulatino, en que el agua que procede el acuífero (dulce) se va mezclando de forma progresiva con el agua salada . En el acuífero de Yucatán, la interfase salina ( o el grado de mezcla entre ambas aguas) es muy delgada, explica el Ing. César Canul-Macario. Y agrega que : “ Si por la acción humana o producto de algún fenómeno natural, el mar le gana lugar y avanza sobre el acuífero, la interfase salina se modifica” dice Canul Macario y “el agua dulce ya no es adecuada para el consumo humano, dado que ahora tiene niveles de salinidad que la hacen no apta para tal fin” explica.
En el año 2020, tiempos de pandemia, el Ing. César Canul-Macario estudió con su equipo cómo tenía lugar el proceso de ingreso de agua salada sobre el acuífero en el distrito de Sisal. Allí, luego de todo un año de cálculos, llegó a la conclusión de cómo será la situación en el futuro cercano. Según sus estimaciones, la situación será dramática para el año 2100, cuando los habitantes para poder beber agua potable, deberán intentar ubicarla a partir de los 18 kilómetros del punto de referencia actual , que es donde rompen las olas.
Por el momento, no todo es drama en Sisal, dado que la población puede abastecerse de otro pozo cercano, pero no se sabe cuándo cambiará esta suerte. El pozo dulce sustituto, que si bien dista unos seis kilómetros de la costa siguiendo la línea de la playa, no se sabe cuando será afectado por el mar, y por ello, los expertos indican que, en el largo plazo , no está garantizado.
La crisis del agua en Sisal hoy es noticia en los medios y adquiere especial relevancia , dado que toda la comunidad le reclama fuertemente a las autoridades otras medidas urgentes de protección de sus tierras. Los lugareños temen además, que muchas áreas costeras queden en manos de las inmobiliarias para hacer negocios millonarios en un momento en que se debe evitar a toda costa la erosión de estos terrenos. Por ello, Greenpeace se une al pedido de la comunidad sisaleña para que se proteja de forma urgente a los manglares, ecosistemas clave que son la barrera natural para la regulación de la salinidad de toda franja costera.