La selva amazónica peruana enfrenta en la actualidad múltiples y serios desafíos, como el tráfico ilegal de animales y la deforestación. Greenpeace Perú, se encuentra realizando grandes esfuerzos por la preservación de la biodiversidad en la Amazonía para ofrecer la posibilidad a muchas especies de perpetuarse en su hábitat natural.
La riqueza única del Amazonas está siendo devastada. Esto no es una novedad, pero lo que sí alienta y suscita esperanza en este escenario, es la respuesta de la gente que no se ha quedado de brazos cruzados y se lanzó a lo imposible. Con la ayuda de Greenpeace Perú, un grupo de voluntarios se ha embarcado en la odisea del rescate de numerosas especies que se encuentran amenazadas y en estado de extrema vulnerabilidad. Si bien, esta acción es una gota en el océano, para muchas especies del Amazonas marca la diferencia entre la vida y la muerte. Un verdadero trabajo artesanal de un equipo que teje esperanza donde muchos sólo siembran desolación.
El escenario de la Amazonía peruana enfrenta una profunda crisis ambiental. Su abundancia de bosques se ha perdido en un 18% y otro 17% adicional se encuentra muy degradado.
La deforestación ha arremetido implacable , tan solo en 2020 su mano de hierro ha producido la pérdida de 203 mil hectáreas de bosques . A ello, hay que sumarle el tráfico ilegal de fauna silvestre que ha causado otros estragos con casi 85 mil animales decomisados entre el 2000 y 2018.Pero, ante este drama ocasionado por la pérdida de tanta naturaleza agreste y sus ricas y abundantes especies, Greenpeace ha impulsado una campaña de rescate y preservación de la selva en el Perú.
Pilares de lucha por el futuro de la Amazonía
Entre los principales pilares de la campaña se encuentra la concientización sobre el flagelo del tráfico de animales, teniendo entre sus principales objetivos proteger y rescatar la fauna silvestre, frenar la deforestación y promover el turismo sostenible en la región.
Como parte de la propuesta educativa de concientización, se ha sumado a la iniciativa, la cooperación del Centro de Rescate Amazónico (CREA), que ofrece visitas a las reservas naturales y centros de protección de la fauna nativa en Iquitos, permitiendo a todos, especialmente a los jóvenes, conocer de cerca la rica y abundante biodiversidad que baña la región.
“Juntos podemos cuidar la Amazonía”
El equipo de prensa de Greenpeace realizó un recorrido por la ruta de conservación en Iquitos donde visitó varias reservas naturales y los centros de protección animal, como parte de la experiencia que podría vivir todo voluntario que se sume a la iniciativa.
1- Arribo a la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana.
La aventura comenzó con un recorrido a pie por el sendero turístico “Coto”, un camino en medio de la selva que nace en el Puesto de control Irapay. Durante la caminata, el interior de la selva nos regaló una inmensa variedad de sonidos , en particular, de sus numerosas aves. La primera parada fue en “Supay Chacra” o “Chacra del yashingo” (un ser de carácter mitológico del bosque), donde el grupo recibió de los guías, un panorama topográfico del lugar y sus particulares características en cuanto a fauna y flora silvestre.
Antes de nuestro ingreso a la Chacra,el guía nos pidió que recojamos algún elemento del bosque, una hoja, una rama. Este pequeño elemento debía servir como permiso de entrada a la selva profunda. Un permiso que debía, por su intermedio, ser solicitado a Chullachaqui, también conocido como el abuelo. Este ser mitológico dicen, que suele aparecerse en forma humana para despistar a los intrépidos visitantes del lugar, “su” lugar y por lo tanto, como dueño, tenía que autorizar el acceso. La puerta al bosque se abriría cuando el visitante escuchara en el silencio, un susurro leve ,un sonido apenas divisado, como una secreta contraseña para proseguir la marcha.
Ya una vez adentrados en territorios selváticos, se tuvo la oportunidad de conocer un árbol muy especial, el Caimitillo, que tiene la particularidad de albergar a una especie de hormiga que se cree es la protectora de la “Supay Chacra”.
Centro de Rescate de la fauna silvestre
Este recorrido por el sendero de “la biodiversidad” nos llevó como punto final, hacia la sede central de CREA, el Centro de Rescate Amazónico. Aquí conocimos “in situ” el detalle de las experiencias relatadas en primera persona por los mismos rescatistas , acerca de las labores que les toca desempeñar en el centro. Ellos, son los que se ocupan de llevar adelante la delicada tarea de rehabilitación de los animales que han sido víctimas del tráfico ilegal, así como de aquellos que fueron tomados como mascotas y posteriormente rescatados.
Cerrando nuestra caminata, exploramos el Bosque de Huayo y visitamos los tanques de recuperación de los manatíes. Uno de los momentos más vibrantes que se vivió en la larga odisea al interior de la selva, fue presenciar el momento de la liberación de taricayas, una especie de tortuga originaria de la Amazonía. Los rescatistas del equipo de CREA protagonizaron la escena en la que se abrieron las jaulas y los reptiles fueron seguidos hasta que pudieron regresar de forma segura a su hábitat natural, la tupida selva. Momentos únicos que cerraron una aventura memorable con alegría genuina, la verdadera recompensa a tanto esfuerzo.