
La Tierra ha entrado en una fase de desequilibrio permanente, a un punto álgido situado en las fronteras del no retorno. Una realidad que buscamos visibilizar con situaciones concretas que se viven en diferentes países del mundo y de Latinoamérica y que, hoy te invitamos a conocer más a fondo. (Parte I)
Haití es una tierra que en la actualidad está sumida en un escenario de arenas movedizas integrado por un popurrí de problemas sociales, económicos y políticos, que asientan las bases de su catástrofe en la progresiva degradación de su medio ambiente.
Sin embargo, esto no fue siempre así. Hace apenas 50 años, el país era un vergel que podía envanecerse de poseer un territorio con magníficos bosques nativos, manantiales, caudalosos ríos y toda una gama de exquisita biodiversidad. Sin embargo, la explotación descontrolada de sus recursos naturales ocurrida durante el siglo XX ha sentenciado a muerte no sólo a numerosas especies sino también a su población.
En el presente, la nación se sitúa en la dolorosa lista de los 10 países más frágiles y deteriorados del mundo por la acción humana. Posee la tasa de deforestación más alta de América Latina con un 90 % de los bosque nativos talados, descontrolada de sus recursos durante el siglo pasado resultó en una degradación ambiental que, a la fecha, coloca al país dentro de los 10 más frágiles del mundo, con una deforestación del 90% y el mayor índice de inseguridad alimentaria del Caribe. Su vecino más cercano, República Dominicana, se encuentra a años luz de este dramático escenario y la pregunta es , ¿por qué?
Consecuencias por cruzar límites críticos
“Lo que ocurre en Haití es tan solo una pequeña muestra de lo que podría ocurrir a escala global, en caso de no reaccionar a tiempo dado que el país ha superado todos los umbrales críticos. Esto indica que sus recursos se han agotado hasta el punto de que no hay margen para su recuperación, lo que da lugar a las consecuencias típicas que se observan en tales situaciones como es la degradación ambiental que pone en jaque no solo a la naturaleza remanente del lugar sino a todo un país en las puertas del infierno, sin posibilidad de maniobra a futuro,” explica el Dr. Enrique Martínez Meyer, de la Universidad de México.
En términos ambientales, los puntos de inflexión son umbrales de no retorno que se producen cuando una perturbación desencadena un proceso irreversible dentro de los sistemas biológicos o climáticos. Para el Dr Martínez Meyer y sus colegas expertos en clima, los años venideros serán los que definirán , de modo inapelable, lo que vendrá en las próximas décadas, dado que , como Humanidad, estamos pisando de forma peligrosa varios puntos de inflexión de modo simultáneo.
En muchas regiones del planeta ya se han sobrepasado algunos puntos clave de inflexión, en áreas puntuales como en la extenuación de las biodiversidad, en la degradación del agua dulce o en el cambio de uso de los suelos, pero sus efectos letales aún no se dejan sentir por dado que el rebase aún no tiene lugar a nivel global, no han desestabilizado el funcionamiento conjunto del planeta; sin embargo. Pero lo cierto, es que los expertos sostienen que si no se atiende de plano esta situación, la evidencia científica indica que iniciaremos un derrotero terrorífico en un plazo de 30 años.
¿Hacia dónde se dirige el planeta?
La situación de México es también un marco muy claro de referencia , a nivel evaluativo, para los expertos en cambio climático respecto del escenario que se avecina. El país, en la actualidad, en relación a sus valores climatológicos globales medidos en 2024, se ubica muy por encima de ellos. (1.79 °C) . Sin embargo, en México las cosas parecen seguir de mal en peor y sin ninguna modificación de fondo o base. En el corto plazo, esta situación augura más conflictos sociales y la agudización de la crisis hídrica.
Según el Dr. Enrique Martínez Meyer, la situación se vuelve cada vez más precaria, frágil y urgente. Incluso si México tiene un volúmen considerable de lluvia en el futuro cercano, el aumento de las temperaturas provocará una evaporación más rápida.Esto se traduciría en la práctica, en un fuerte desbalance hídrico, y el deterioro ambiental en México se irá profundizando.
Además, para el experto, no tomar las medidas adecuadas tendrá impactos negativos importantes que afectarán aspectos clave en ámbitos sociales y culturales. “Por ejemplo, se podrían perder muchas especies claves e identitarias de México como el jaguar . Y, se cree que el país va a ver multiplicadas sus necesidades básicas no cubiertas en materia de salud, educación y abastecimiento de agua .Todo esto va acompañado de una preocupante y lamentable degradación ambiental, así como de la escalada de crisis sociales”, concluyó con preocupación el profesional.