
Belém, la agreste y bella ciudad amazónica del Brasil, será el epicentro de la atención mundial cuando en noviembre de 2025 , reciba a los líderes del mundo para el abordaje de la crisis climática de cara al 2030. Un evento clave para definir acciones que deben poner a salvo el futuro del planeta
1. ¿Puede la Humanidad mantener vigente el objetivo de no sobrepasar los 1,5 grados?
Ante el riesgo de superar el límite que mantiene la seguridad térmica del planeta, las naciones del globo se darán cita entre el 10 y el 21 de noviembre de 2024, en la ciudad de Belém, Brasil en el marco de la COP 30, la conferencia climática de la ONU. Allí, se espera dar forma a nuevos programas y acuerdos de mitigación (políticas y acciones diseñadas para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero) de cara a reforzar las acciones que ya se están llevando adelante en cada país .
Las naciones del mundo se harán presentes en la cumbre de Belém con sus compromisos mejorados para disminuir los gases que causan el efecto invernadero. Esto es, para los expertos, un reconocimiento velado de que los proyectos y las promesas actuales son totalmente ineficaces e inadecuadas para lograr , con éxito, bajar la temperatura del planeta en el mediano plazo. Por ello, se lanzarán nuevas iniciativas a la sociedad, convocando a las comunidades académicas y a los particulares a presentar los proyectos para sus ciudades y vecindarios.
2. Proteger la mayor cantidad de naturaleza posible.
La celebración de la próxima cumbre del clima en una ciudad de la selva amazónica del Brasil tiene implícita una relevancia simbólica . Esta bella ciudad, agreste y salvaje ubicada en un ecosistema altamente amenazado busca poner de relieve el papel clave que desempeña la naturaleza para frenar la crisis del clima. La selva tropical cumple la función natural de ser como un gigantesco “sumidero de carbono”, un sistema complejo que puede absorber y almacenar dióxido de carbono, y frena su ingreso en la atmósfera, donde favorece el aumento de la temperatura.
Desafortunadamente, tanto las bellas selvas de los trópicos como otras de las llamadas “soluciones basadas en la naturaleza” deben enfrentar hoy, la grave amenaza del desarrollo de las sociedades humanas que, con el paso del tiempo, han ido devastando a estos ecosistemas. La ONU, antes de la COP30 de Belém continuará el desarrollo de los esfuerzos iniciados en 2024 en las charlas de biodiversidad en Roma, en el mes de febrero de 2025. Allí, gracias a una serie de reuniones y encuentros clave, buscará mejorar las estrategias de protección de la selva tropical y otros ecosistemas vitales para el planeta.
3. El problema de la contaminación plástica
La cuestión de la contaminación plástica será otro de los tópicos claves a tratarse en la cumbre de Bélem. En esta dirección, las diferentes reuniones convocadas por la ONU para un abordaje exitoso de la epidemia global de la contaminación plástica logró sentar las bases de un acuerdo a futuro durante las rondas de negociaciones en Busan, Corea del Sur. Pero, lo cierto, es que los tiempos apremian y se hace necesario y urgente lograr un pronto acuerdo global sobre tres áreas clave: los productos y residuos plásticos; la problemática de la mala gestión de los productos químicos; financiamiento para soluciones climáticas y producción y consumo sostenibles
Los Estados miembros de la ONU tienen entre manos en el presente, la apremiante tarea de desarrollar, financiar y encontrar soluciones políticas efectivas y rápidas, dado que las problemáticas a tratar no pueden dilatarse más. La urgencia está dada por el grave deterioro de los ecosistemas del planeta que se encuentran ingresando a ciclos progresivos de deterioro a una velocidad alarmante .
“Está hoy, más que claro que el planeta exige con fuerza que, con toda la celeridad posible, se ponga un punto final al flagelo de contaminación por residuos plásticos”, destacó Inger Andersen, líder del Programa de las Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente. “Más que nunca debemos asegurarnos de diseñar una herramienta efectiva que dé de lleno en el centro de la problemática, en lugar de abordarla por debajo de su potencial. Por este motivo, realizo un llamado urgente a todos los Estados miembros de la ONU para que tomen su decisión y se involucren de lleno a luchar contra el flagelo plástico de cara al 2030 y evitar el colapso de muchos ecosistemas clave, como el marino”