Los 177 países que se dieron cita en Busan (Corea del Sur) para cerrar un acuerdo para frenar la contaminación plástica en los océanos, dejaron claras sus disonancias a la hora de abordar la problemática. Por ello, y sin acuerdo a la vista en noviembre pasado, pactan volver a reunirse en 2025.
Greenpeace estuvo presente el pasado mes de noviembre en Busan (Corea del Sur), donde 177 países del mundo se reunieron para llegar a un acuerdo global que podría poner fin a la contaminación plástica en los océanos. Lamentablemente, las grandes diferencias, visiones y ambiciones de cada país, impidieron acercar las posturas y el cierre de un tratado global de freno a este flagelo. Entre las grandes desavenencias, se encuentran en relación a los límites necesarios a imponer a la producción de este material, donde una mayoría de países brega por ello, mientras otro grupo (liderado por importantes productores de polímeros plásticos y petróleo) no ha querido establecer objetivos vinculantes. El único acuerdo que sí se logró , es fijar una nueva fecha de reunión en 2025.
Apartando a un lado, momentáneamente, las negociaciones políticas de Busán, Greenpeace se encuentra abocado a la tarea de visibilizar la crisis del plástico que vive el planeta y que sigue en aumento día tras día. En esta dirección, podemos apuntar que la producción de plásticos a nivel global duplicó su crecimiento entre el año 2000 y el 2019. En cifras, esto se traduce en un volúmen de unas 460 millones de toneladas cada año, según datos recientes aportados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Según indica otro informe del mismo organismo, si el ritmo actual se mantiene, la cantidad de desechos plásticos en el mundo se triplicaría para el 2060.
Por otro lado, la mala gestión de este tipo de residuos es alarmante e irresponsable. En el presente, la mitad de los desechos plásticos termina en basurales a cielo abierto , un 19% es incinerado y un porcentaje menor al 10% se recicla.En conclusión , la cuarta parte restante termina en los océanos y ríos.Un crimen invisible que diezma a la fauna marina y en el mediano plazo se alza como una amenaza letal para la vida de los ecosistemas marinos.
Un problema de fondo con un impacto permanente
Los expertos en conservación ambiental, más allá de las cifras presentadas por la OCDE, afirman que el problema es todavía mayor. Esto lo corrobora una investigación publicada en la prestigiosa revista Nature en septiembre de 2024, que luego de realizar un exhaustivo inventario de la contaminación plástica en 50.702 ciudades del planeta, constató que unas 52 millones de toneladas de plástico terminaban en el mar. Otro estudio pertinente, publicado en Science, señala en esta misma dirección, que la generación de residuos plásticos trepará a los 121 millones de toneladas para el año 2050 si no se logran acuerdos concretos y políticas gubernamentales fuertes para evitarlo. Por otro lado, la investigación concluye que a nivel global este tipo de contaminación podría reducirse en un 90% si se aplicasen las siguientes medidas:
1- Obligar a que los nuevos productos de plástico sean fabricados con un 40% de plástico reciclado.
2- Poner límite a las nuevas producciones de plástico a niveles similares a 2020
3- Se debe invertir de modo significativo, en la gestión eficiente de los residuos plásticos en todo su recorrido: desde los servicios de recolección hasta el de los vertederos públicos.
4- Se debe implementar una tasa sobre los envases que sean de material plástico.
Para finalizar, Greenpeace, desde su ámbito de influencia social, y en la espera de que se llegue a un Tratado Global para frenar la contaminación por plásticos, llama una vez más la atención de todos los ciudadanos para que desde el hogar puedan contribuir con su granito de arena para y evitar que los plásticos lleguen a los ríos, a los suelos y al mar, y sigan enfermando los ecosistemas y a todas las fuentes de vida, tanto para los seres de la naturaleza como para las personas que habitamos la Tierra. Aún estamos a tiempo de dar ese paso positivo que marque el rumbo correcto y salve a tantas especies en el futuro que hoy necesitan de nuestro firme compromiso para poner freno a la contaminación plástica.