
Respirar aire saludable en nuestros entornos urbanos es, sin duda, responsabilidad de todos. Muchas de las actividades que realizamos a diario contribuyen significativamente al calentamiento global y por ello, aumentan las posibilidades que tenemos de sufrir enfermedades cardíacas y respiratorias, dermatitis, alergias e incluso, infertilidad. De ahí que resulte tan importante el diseño de estrategias para adoptar nuevos hábitos como ciudadanos proactivos , enfocados a mejorar la calidad del aire en la ciudad.
Controlar la calidad del aire dentro de los hogares es hoy muy simple , gracias a que en el mercado se encuentran disponibles equipos de última generación que aseguran un filtrado óptimo y garantizan que el aire esté libre de contaminantes, virus, bacterias, hongos o alérgenos. Sin embargo, esto es sólo posible de conseguir con los equipos adecuados y en los espacios interiores : la vivienda, oficina, escuela o gimnasios.
En los espacios interiores, la buena ventilación hace la diferencia y se traduce en calidad de vida y en pulmones libres de agentes patógenos. Y, lo cierto es que contar con aire de calidad es garantía de un cuidado integral de la salud , sobretodo a la hora de realizar actividades necesarias para la vida, tanto en el trabajo , la casa y la escuela como también, en las actividades recreativas y deportivas , indispensables para un buen equilibrio, armonía del cuerpo.
Sin embargo, esto no significa que no se pueda lograr una mejor calidad del aire exterior en las grandes ciudades. Por fortuna, en la actualidad, existen múltiples formas de atajar, combatir o contrarrestar este problema global, que van desde acciones individuales hasta cambios concretos o radicales en nuestros hábitos. Y, es que las personas en nuestro diario vivir, realizamos múltiples acciones que producen emisiones contaminantes. Entre ellas, se encuentran el uso de energía para la iluminación de las viviendas, el consumo de gas para calentar agua y calefaccionar ambientes y el uso de autos alimentados por combustibles fósiles. También ,un acto insignificante como fumar incide en la calidad del aire que se respira en las ciudades.
¿Qué podemos hacer las personas para mejorar la calidad del aire?
Quizás, te estás preguntando cómo puedes contribuir de manera efectiva y eficaz para mejorar la calidad de aire de tu ciudad, desde tu lugar de ciudadano común. Por ello, desde Greenpeace te facilitamos algunas recomendaciones prácticas para lograrlo. Son pequeñas acciones concretas pero de gran impacto, que harán la diferencia y ayudarán a limpiar y mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades:
1- Se recomienda reducir el uso del automóvil a la hora de realizar trayectos cortos. Si es posible, te animamos a optar por opciones menos contaminantes y saludables como la bicicleta.
2- Para disminuir las emisiones de carbono, si es posible, se debe optar por utilizar el transporte público urbano.
3- Se recomienda optar por la movilidad compartida , por ejemplo, a la hora de realizar el trayecto hacia el trabajo para coordinar un pool con otros compañeros.
4- Es recomendable realizar revisiones periódicas de nuestros equipos de calefacción , ya sea la caldera, calentador de gas o estufa.
5- Aprovechar al máximo las ventajas del teletrabajo. Esto es una oportunidad excelente a la hora de cuidar el medio ambiente que permite ahorrar tiempo y combustible.
6- Se deben utilizar de forma óptima y eficaz los recursos de tipo fósil (gas) tanto como el agua y la electricidad.
7- Reciclar siempre y en todas las circunstancias.Separar de modo correcto los residuos que generamos en el hogar.
8- Optar por el consumo de productos locales o de entornos cercanos. Esto permite reducir significativamente la huella de carbono personal a la hora de adquirirlos.
9- Reducir el consumo de productos plásticos.
10- Se debe procurar evitar calentar o enfriar en exceso las viviendas.
11- Reducir al mínimo posible el consumo de agua o hacer un uso lo más eficiente posible de este recurso no renovable.
Con estos pequeños tips, que de a poco cada ciudadano debe ir internalizando en su día a día, cuidar del medio ambiente es posible. Además de ello, adoptar hábitos de vida saludables como el reciclaje y la reutilización de productos cuando fuera posible, junto a una alimentación equilibrada basada en la producción local, cooperará en la reducción de la contaminación ambiental general . Estos simples cuidados, implican una alta cuota de conciencia y responsabilidad que en la práctica, se traducen en verdaderos actos de amor para asegurarles a los niños y a nosotros mismos, un futuro con calidad ambiental y una mejor salud integral.