El gato andino es una especie en franco declive en toda América y Greenpeace Argentina , confirmó la presencia de ejemplares en la zona mendocina de Malargüe, gracias a un monitoreo con cámaras trampa . El importante hallazgo forma parte de un trabajo de conservación y coexistencia de la vida silvestre con actividades humanas que se realiza en la actualidad en el Área Natural Protegida La Payunia y zonas aledañas.
El gato andino o Leopardus jacobita es un pequeño felino que habita en elevaciones de los Andes y en las amplias y áridas estepas patagónicas de la Argentina. Este bello animal, que guarda una similitud singular en cuanto a su pelaje con el leopardo, en la actualidad , se encuentra clasificado como “en peligro” según señalan los expertos de la UICN (Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza) . Por ello, el tiempo apremia para esta especie que para que pueda transitar sendas de futuro, se deben realizar grandes esfuerzos conjuntos en programas pos de su conservación.
Recientemente, y gracias a una investigación de campo realizada mediante la utilización de cámaras trampa , se pudo pudo confirmar la presencia de ejemplares de gatos andinos en el Departamento de Malargüe, ubicado en el extremo sur de la provincia de Mendoza. Esta noticia ha sido celebrada por el equipo de expertos y biólogos , dado que son los primeros registros luego de varios años sin datos relevados acerca de la presencia de estos animales. Este arduo trabajo in situ, fue posible gracias a que el equipo contó con la colaboración de la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque del Ministerio de Energía y Ambiente de la provincia de Mendoza.
El programa de monitoreo y conservación del gato andino es una llave que abre la senda de futuro para una especie que en la actualidad es una de las más amenazadas de América y del mundo . Por esta razón, cada registro es imprescindible para ayudar a establecer y redefinir estrategias para su conservación. En este caso puntual, el reciente hallazgo de ejemplares dan cuenta de que el gato andino se mantiene dentro del área protegida de Malargüe y que allí dan fruto las estrategias de conservación implementadas para proteger a la especie.
Los frutos de los esfuerzos en la conservación del gato andino
“Este dato aportado por las cámaras trampa estratégicamente ubicadas, es crucial porque ayuda a relevar la situación actual del gato andino y a evaluar su comportamiento en un punto geográfico específico. De hecho, los registros que logramos tomar años atrás eran de gatos andinos que ya habían sido cazados y el último individuo , fue contabilizado luego de la triste noticia que llegó al equipo por efectivos de vialidad que notificaron de un ejemplar que había sido atropellado”, señaló María José Bolgeri, Doctora en Biología
“A principios de 2024 se pudo confirmar la existencia de individuos de esta especie en la provincia de Neuquén y ahora nos alegra en gran medida saber que la especie está presente en Mendoza”, agregó la experta.
La principal amenaza que enfrenta hoy día esta especie en la zona de la Patagonia norte, es la caza y el envenenamiento . Ambos son métodos comunes para proteger al ganado de la depredación por parte de carnívoros que viven en estado silvestre. Otros factores que lo ponen en peligro extremo son el sobrepastoreo por ganado, que disminuye la presencia en estas zonas de su principal presa -el chinchillón-; la pérdida de hábitat natural por extracción de minerales e hidrocarburos y el aumento de la aridez por el cambio climático.
El beneficio de emplear métodos amigables con la fauna silvestre
El proyecto para promover la coexistencia pacífica entre la ganadería y la fauna silvestre nativa es llevado adelante por un equipo de expertos junto a la Alianza de Gato Andino. En Malargüe, este equipo de trabajo gestionan un criadero de perros protectores que luego son entregados a productores locales interesados en realizar un manejo ganadero comprometido, regenerativo y amigable con la fauna autóctona
Según las investigaciones realizadas en el transcurso de esta iniciativa, el 85% de quienes adoptan estas medidas alternativas afirman que lograron reducir de modo eficaz sus pérdidas por depredación y el 88% de ellos ha dejado de cazar carnívoros y otras aves carroñeras. Además, gracias a estas medidas, se ha podido disminuir las pérdidas de ganado y los productores han aprendido a adecuar la carga animal en el terreno, favoreciendo con ello la regeneración de pasturas y el equilibrio ecológico.