
En un mundo hiperconectado se corre el riesgo de que los más pequeños pierdan en sus primeros años de vida, el imprescindible contacto con la naturaleza. Un espacio para su crecimiento y experimentación, tan saludable como beneficioso para lograr un desarrollo pleno. Por ello, Greenpeace presenta hoy los motivos para que los niños urbanos se conecten más con el entorno natural.
En Greenpeace creemos que los niños son los futuros guardianes del planeta. Para ello, es imprescindible que descubran a la naturaleza desde pequeños, se vinculen con ella de modo frecuente y así, puedan descubrirla y aprender a amarla. Pero, la gran dificultad que la realidad pone en evidencia, es que hoy, los niños de las ciudades viven pegados a la televisión,a los teléfonos, las tablets y las computadoras y con ello, se están olvidando de cometer algunas travesuras esenciales cómo es el trepar a los árboles.
En este sentido, los especialistas están insistiendo en la urgente necesidad de volver a reconectar a los niños con la naturaleza. Y no sólo por conciencia ambiental o nostalgia sino, fundamentalmente, por su salud integral y un sano crecimiento que incluye “altas dosis” de tiempo en la naturaleza.
Algunos países han reaccionado antes que otros y han lanzado iniciativas que fomentan el retorno a la naturaleza. Por ejemplo, en el Reino Unido, casi 450 organizaciones nacionales, como la Sociedad Real para la Salvaguarda de las Aves, intentan motivar a los más pequeños para que vuelvan a interesarse por descubrir su entorno natural.
Por una infancia saludable y equilibrada
“Hoy en día, el tiempo que se pasa al aire libre ha disminuido significativamente. Las excursiones a la naturaleza, prácticamente ya no existen o son mucho más cortas. También, la oferta de propuestas de actividades para realizar en entornos naturales durante tiempos acotados, de 2 0 3 días ha descendido de modo notorio. Estimo incluso, que se ha perdido la capacidad de identificar a las especies más comunes de aves incluso dentro de las ciudades de Inglaterra”, afirmó Andy Simpson, creadora de la campaña The Wild Network (Una red salvaje).
Richard Louv, un educador ambiental estadounidense acuñó la frase “trastorno de déficit de naturaleza” en 2005 para alertar a la gente, que el alejamiento del mundo natural puede implicar para grandes pero, fundamentalmente para los niños, un amplio espectro de problemas en el campo del comportamiento.
Para evitar esto, el educador, cuya labor respalda Greenpeace , ha iniciado una campaña en los EEUU para que los niños salgan a la naturaleza y disfruten de los simples placeres que ofrece pasar tiempo al aire libre. De hecho, Louv sostiene que tan solo pasar 30 minutos al día hace la diferencia y puede mejorar de modo significativo la relación de los más chicos con la naturaleza. “No hay que hacer grandes cosas, sino aquello que sea posible allí mismo en los espacios verdes de las ciudades, si no se puede visitar con frecuencia el campo . Por ejemplo, se pueden saltar los charcos, jugar con las hojas secas del otoño y hacer montañas o escuchar cómo cantan los pájaros desde las ramas de los árboles”, sugiere el especialista.
Aprender a pasar tiempo de calidad en la naturaleza
Un estudio realizado por psicólogos de las universidades de Kansas y Utah, en Estados Unidos, arrojó que personas que habían pasado tan solo cuatro días acampando, desconectadas de todo dispositivo electrónico, podían mejorar hasta en un 50% su desempeño en un test básico de creatividad. Además, se observó que este tipo de interacciones pueden mejorar la actividad cerebral, aliviar la depresión y reducir los niveles de agresión.
Pero, la pregunta que los psicólogos no han podido responder, es por qué las personas nos distanciamos cada vez más de la naturaleza. Algunos, sostienen que se debe a que cada vez se trabaja más horas o simplemente, porque la tecnología ha invadido la vida familiar . Otros dicen que el mundo exterior se ha vuelto un espacio inseguro, o que ya no se “estila” conocer los beneficios que ofrece la vida silvestre.
Según Louv, el contacto con la naturaleza también puede ser la llave que favorezca la vida en el entorno urbano. Por ejemplo, sostiene que ayuda a mejorar las interacciones sociales. “Pasear al aire libre -dice- muchas veces significa explorar con los ojos, con los oídos, con las manos, al tocar una flor . Tan solo acariciar la corteza de un árbol o conectarse a través del olfato sensibiliza a las personas. Estas conexiones son significativas , bajan la ansiedad, relajan a las personas y eso se traduce en una mejor predisposición para interacciones más positivas con los demás.”
Los organizadores de The Wild Network han propuesto en su campaña de reconexión con la naturaleza, que los padres cambien 30 minutos de televisión y videojuegos al día por actividades y juegos al aire libre como medida para promover la salud integral y el bienestar de los niños. Ellos sostienen, que esto fomenta y hace crecer el vínculo de los más pequeños con la naturaleza y con sus padres. Pero ,sostienen que lo más importante es que los niños, ya sea con sus padres o solos investigando, se diviertan mucho y disfruten de la experiencia de estar contacto con la naturaleza.