
La Península de Tierra del Fuego posee áreas clave para la regulación climática del mundo futuro. Allí, hoy se necesitan de grandes esfuerzos in situ para procurar que la creciente actividad del hombre no las degrade. Greenpeace se suma con el aporte de su experiencia y conocimiento para garantizar que las actividades humanas se realicen de modo sustentable.
La Península Mitre es un lugar donde reina el silencio, sólo se escucha el mar, su oleaje y los sonidos de las aves que surcan el cielo. Este lugar agreste y solitario fue declarado Reserva Natural en 2022 para resguardar sus recursos naturales y únicos que ya evidenciaban las consecuencias negativas de la presión de las actividades humanas .
Greenpeace busca potenciar hoy aquí, las acciones de protección y resguardo de la flora y fauna, creando mecanismos seguros para que las actividades de exploración y turismo que se llevan adelante y que irán creciendo en el tiempo, puedan realizarse de forma sustentable.
Aquí, en el fin del mundo, ciertamente el fin del mundo ya que es el punto más austral del continente de Sudamericano , el suelo guarda el 84% de la turba que posee la Argentina Una riqueza única que hizo posible la presencia de numerosas aves y animales que aún encuentran aquí su hogar y, con la iniciativa de Greenpeace, se busca que esto sea permanente.
La tierra de los confines
En tiempos remotos la península estuvo poblada por la tribu de los Haush pero, luego de su dispersión por las campañas militares, el clima extremo, las distancias, la falta de caminos y el aislamiento , favorecieron que este paisaje se mantuviera sin fragmentar por la presión de las actividades humanas. Sin embargo, la situación ha ido cambiando con el tiempo y este frágil ecosistema , necesita hoy, de particulares acciones de protección y resguardo.
Las autoridades locales y los emprendimientos turísticos deben trabajar de forma aunada para minimizar el impacto de las actividades que en la actualidad lo están alterando y degradando. Greenpeace se suma a la educación ambiental de los residentes y visitantes para lograr la conservación de la Península y sus hábitats naturales. Las charlas y acciones educativas proponen conocer los métodos más eficaces para proteger las 300 mil hectáreas de tierra y 200 mil marinas, que albergan el 50% de los bosques de kelp de Argentina, otro de los ecosistemas clave que hay que conservar para combatir el cambio climático.
La importancia de las turberas patagónicas
Dianna Kopansky, líder de la Iniciativa Global para la Protección de las Turberas cree que la protección de la Península Mitre y su paisaje natural, estimado en 2.400 km2, es de importancia mundial tanto desde el punto de vista de la naturaleza como del clima: “Debemos trabajar para garantizar que todo el carbono valioso permanezca encerrado en el suelo de estas turberas húmedas y saludables . Esto es urgente e importante, no sólo para la estabilidad climática, sino también para la naturaleza que habita este lugar”.
Las turberas albergan en su interior las mayores reservas de dióxido de carbono del planeta , son áreas ricas en biodiversidad y un refugio seguro para muchas especies que se encuentran en extinción. A diferencia del ciclo del carbono en las plantas, donde el carbono fijado regresa a la atmósfera cuando ésta muere y se descompone, en el caso de la turba no se descompone. Esto significa que con el tiempo, todo el carbón absorbido se almacena al interior , desde donde sigue generando vida,dando grosor y haciendo aumentar el volumen de la turba.
Por eso este paisaje es un regulador natural del clima y un resguardo frente a la amenaza climática que no deja de preocupar dado el aumento significativo de las emisiones nocivas de gases con efecto invernadero a la atmósfera.
Una especie de turba única en su tipo
La turba de la Península Mitre contiene 4,5 veces más carbono que el resto de las turberas existentes en Tierra del Fuego debido a su particular constitución orgánica. Distintas especies de musgos, pero en especial la Astelia pumila, la especie dominante, forman “segmentos esponja” que logran absorber enormes cantidades de dióxido de carbono.
Además, este ecosistema tiene características ecológicas únicas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. El terreno tiene 2.400 km de ancho, incluyendo valles, bosques, lagos , ríos y sierras conectando todo tipo de vida con otros ecosistemas. Es como un puente entre los diferentes hábitats y especies que allí habitan, entre ellos cóndores andinos, patos vapor, pumas, guanacos, zorros colorados y huilíns, también conocidos como nutrias patagónicas.
Desde hace más de 30 años, las comunidades de Tierra del Fuego trabajan para transformar la Península Mitre en un espacio protegido y desarrollar una economía natural. Desde Greenpeace creemos que ayudar a proteger la península asegurando la continuidad de los ecosistemas y cuidando su rica biodiversidad, es una decisión regional con implicaciones globales de vital importancia.