Se trata del takahē, una especie de ave autóctona no voladora, de gran tamaño y prehistórica que hoy vuelve a habitar las laderas montañosas de la Isla Sur . Su regreso marca un hito para la historia de Greenpeace en lo relativo a la conservación de especies en Nueva Zelanda.

Greenpeace se alegra en anunciar al mundo el victorioso regreso del Takahē, un ave prehistórica, nativa de tierra australiana; un verdadero acontecimiento que marca un hito en los esfuerzos de conservación en Nueva Zelanda.
El Takahē o Porphyrio hochstetteri, es un ave originaria de la isla de Nueva Zelanda en Oceanía. Es conocida por su espléndido plumaje de color azul intenso y matices verdosos, y su pico rojo en forma de pinza o tenaza. Su historia estuvo signada por el infortunio y estuvo al límite de la extinción. En 1898, estas bellas y originales aves fueron declaradas oficialmente en estado de extinción producto de la persecución y la degradación de su hábitat natural provocado por la llegada de los colonos europeos y sus mascotas o animales de compañía. El desembarco de gatos, zarigüeyas, hurones y ratas , fueron el comienzo del fin. Estos animales se convirtieron en factores de depredación que, de a poco, fueron diezmando a la población de Takahēs que ya era pequeña.
Después de su redescubrimiento en el año 1948 comenzaron los esfuerzos por su conservación. Gracias a los expertos en vida silvestre y el apoyo gubernamental, en la actualidad, su número ronda los 500 ejemplares con un índice de crecimiento de un 8% anual. Un gran avance para la conservación a futuro de esta bella ave que en su grado máximo de madurez, puede alcanzar los 50 cm de altura y habitar en armonía con otras aves voladoras en los rescoldos de las laderas alpinas de Nueva Zelanda.
Las etapas en el éxito de los programas de conservación
A fines de agosto, se pudo completar una fase crucial en los programas de conservación, que es la liberación de los ejemplares criados en cautiverio. Greenpeace, junto a los líderes del programa , llevó a cabo la liberación de diez parejas en el valle neozelandés de Wakatipu, en las orillas del lago Waimaori, un área donde el Takahē no había sido vista durante más de un siglo. Este evento tiene una trascendental importancia además, para los pueblos originarios que habitan la región , los Ngai Tahu. Un acontecimiento por demás emotivo ,ya que el regreso de estas aves que eran parte del colorido paisaje y de la vida de sus antepasados, es una manera de acercarse a ellos a través de la misma naturaleza.
Originalmente, los conservacionistas recolectaban huevos de estas aves prehistóricas y los incubaban artificialmente para evitar que los depredadores se los comieran. Los cuidadores, vestidos con muñecos de calcetines con el característico pico rojo del pájaro, alimentaron y criaron a los polluelos hasta que nacieron. Después de eso, el Departamento de Conservación (DOC) pasó a la cría en cautiverio y la introdujo gradualmente en varias islas con áreas protegidas y en parques nacionales. Invertimos mucho en trampas y control de plagas para proteger a nuestras aves recién liberadas.
Este éxito es el resultado de décadas de trabajo dedicado a la conservación por parte de científicos y de las comunidades locales. Sin embargo, esta celebración viene con una salvedad, que es necesario dejar en claro. La supervivencia a futuro del takahē depende de la preservación de su hábitat, de la erradicación de especies invasoras y de la vigilancia constante. La historia del takahē es un recordatorio o un llamado de atención en relació a que la conservación es un compromiso a largo plazo que requiere el apoyo continuo de la sociedad para proteger y preservar las maravillas naturales que nos rodean
El paisaje de los antepasados
La liberación realizada en tierras de la tribu Ngāi Tahu es un intento de establecer la tercera población silvestre de takahē en el país. “La captura de comadrejas, hurones y gatos silvestres ha reducido el número de depredadores pero continuar manteniéndolos a un nivel bajo es crucial”, dijo Deidre Vercoe, líder de operaciones de recuperación . “Si las parejas de aves liberadas se adaptan con éxito a su nuevo hogar, el próximo paso es liberar otros siete ejemplares en octubre y 10 ejemplares jóvenes de takahē a comienzos del año siguiente. Después de largas décadas de intenso y sacrificado trabajo para aumentar el número de ejemplares de Takahē, es muy emocionante y gratificante centrarse en los pasos que seguirán para el crecimiento de más poblaciones en estado silvestres, pero esto conlleva fuertes y nuevos desafíos: establecer nuevas poblaciones de especies nativas en estado salvaje puede llevar tiempo y el éxito no está 100% garantizado”, afirmó como cierre la especialista en conservación,