La policía en Alemania inició días atrás, el desalojo de cientos de activistas de Greenpeace del pueblo de Zollverein, en una batalla que ha puesto en relieve las tensiones por la política climática gubernamental de ese país en medio de una fuerte crisis energética.
El enfrentamiento se debe a los intentos de expansión de una mina de carbón activa desde hace décadas en Zollverein, un pueblo ubicado en la zona de Essen en el oeste del país.
Desde hace más de un mes, unos 500 activistas de Greenpeace ocuparon la entrada de la mina de Zollverein para evitar que las excavadoras lleven a cabo la expansión de la mina de carbón a cielo abierto .
En las primeras horas del día los activistas desde hace un mes , forman cadenas humanas y corean canciones de protesta “estamos aquí porque la gente necesita salud y, el medioambiente, respeto y porque aquí nos están robando el futuro” mientras la policía con equipos antidisturbios los rodea para evitar desbordes y permitir la entrada al pueblo a los trabajadores de la mina.
Tensión por las políticas ambientales de Alemania
El operativo de desalojo comenzó esta semana tras una decisión del tribunal regional que confirmó un fallo anterior para desalojar a los activistas apostados en la entrada del pueblo.
Los activistas, que se van rotando en grupos , construyeron casas en la copa de los árboles para evitar el paso de las excavadoras que se tenía previsto comenzaran su accionar esta semana.
Linda Bentam tiene 20 años y es una de las activistas de Greenpeace que se encuentra militando en el área para alzar la voz de protesta y detener la ampliación de la mina.
Zollverein es una zona rica en lignito
La tierra en los alrededores y debajo de Zollverein es rica en un mineral conocido como lignito, la forma más sucia del carbón.La mina, es un gran cañón artificial de color marrón negruzco que se ubica a lo largo de una superficie de 40 km2 y produce 30 millones de toneladas de ese material anualmente.La batalla ambiental en Zollverein se ha estado librando casi de modo permanente pero, los vecinos del pueblo levantaron la voz de alarma ante los planes de expansión de la mina previstos para comenzar durante el verano europeo.
La razón que está en el trasfondo es una decisión de corte político en la que la guerra de Rusia contra Ucrania jugó un papel trascendental. La conflagración bélica puso de relieve la dependencia energética de Alemania del gas natural ruso, situación que luego de los recortes del suministro por parte de Rusia, han puesto en jaque a la fuerte nación alemana.Sin embargo, ante la propuesta de expansión de la mina de Zollverein surgieron las voces de la sociedad reclamando la necesidad de equilibrar la creciente demanda energética con sus compromisos puntuales en relación a el cambio climático.
“No hay que tirar el Acuerdo de París a la basura”
Fuentes del sector energético alemán afirman que el país está invirtiendo muy fuerte en tecnologías de transición energética tanto en la región de Essen , donde se encuentra Zollverein como en todo el territorio alemán. Pero ocurre que, en las actuales circunstancias, Alemania necesita desesperadamente el lignito que se encuentra en Zollverein, por lo cual no puede postergar el trabajo de ampliación de la mina para poder emprender su extracción.
Los manifestantes locales y los activistas de Greenpeace construyeron barricadas y otras estructuras para evitar el paso de las excavadoras a la mina.”Si se procede a excavar en Zollverein en busca de este carbón, estarán eliminando los objetivos climáticos que Alemania ha firmado en el Acuerdo de París”, dijo la activista Dina Hunizcker.
“La gente está ahora perdiendo la salud y muriendo por la crisis climática que se ha desatado más fuertemente que nunca “, agregó Hunzicker.”Si queremos lograr metas ambientales y humanas , debemos apostar por salvar vidas, y si no queremos que esto siga pasando, debemos hoy procurar que cada pedacito de carbón y cada pedacito de combustible fósil queden en el suelo y no sean extraídos de allí”.
Las recientes manifestaciones en Zollverein han evidenciado las cada vez mayores tensiones en torno a la política climática implementada en Alemania. De acuerdo con expertos en medio ambiente, esta cuestión ha sido relegada a un plano secundario, generando un creciente descontento durante la grave crisis energética que azotó a toda Europa tras la invasión de Ucrania por las fuerzas rusas, acontecimiento que ha obligado al país a volver a activar la extracción de combustibles más sucios.