Greenpeace orienta su labor a la preservación de los bosques nativos de cara al siglo XXI y a un futuro sustentable. Acciones globales que van unidas a las campañas de difusión y alerta por la pérdida de la biodiversidad terrestre y el calentamiento global.
La labor de Greenpeace se trata de trabajar sin descanso por legar a las próximas generaciones un planeta habitable. En este sentido, se orientan las luchas para generar conciencia acerca de la importancia de proteger los bosques nativos en todo el mundo. Los bosques nativos u originarios serán los pilares sobre los que se sustentará y mitigará el cambio climático por ello, sensibilizar a la sociedad de la implicancia de su pérdida para el futuro, es una misión urgente.
Hoy, es primordial que toda la sociedad conozca su potencial a la hora de exigir leyes nacionales e internacionales que protejan de la deforestación masiva aquellas áreas de bosques cuya biodiversidad y riqueza autóctona es fundamental para el equilibrio de los ecosistemas de los cuales forman parte. La destrucción de estas áreas genera grandes desequilibrios medioambientales y crea pobreza a los habitantes que circundan su contorno en el mediano y largo plazo.
Greenpeace, unida a otras importantes ONGs del mundo, ha llevado adelante durante diez años , una campaña sin tregua para que la Unión Europea (UE) prohíba la importación de madera cuya procedencia fuera producto de acciones de tala ilegal. Gracias a los frutos de esta iniciativa, la Unión Europea finalmente prohibió el ingreso de madera proveniente de la tala ilegal en julio de 2010. También, en este sentido y dado que la deforestación contribuye de modo directo a agudizar el calentamiento global, Greenpeace ha solicitado que la reducción de emisiones de CO2 por deforestación y degradación de los bosques sean cláusulas esenciales incluidas en los tratados contra el cambio climático , como ser el Tratado de París y el de Kioto.
Los países del Tercer Mundo y la deforestación
Greenpeace despliega su accionar con fuerza y decisión, brindando orientación y dirección en los países que forman parte del Tercer Mundo. En contextos en dónde la situación social y económica es difícil, y las campañas y normativas legales en referencia al cuidado de los bosques son escasas o vulneradas, Greenpeace realiza acciones para concientizar a la sociedad acerca de la masiva deforestación que tiene lugar hoy de bosques nativos, y de los perjuicios que esto ocasiona en el corto,mediano y largo plazo para el mundo.
En el año 2019 Greenpeace alertó a la comunidad internacional acerca de la deforestación masiva que se estaba realizando en Indonesia. En este país, hasta la fecha del alerta enviado al mundo por Greenpeace, ya se habían destruido alrededor de 50 millones de hectáreas de bosques originarios para ser reemplazados por nuevas plantaciones de aceite de palma, cuya demanda en el mercado mundial está en alza permanente.
La compañía productora de aceite de palma Golden Agri-Resources de Indonesia, en vista de las fuertes acciones de reclamo y la repercusión mediática, se vio obligada a tomar medidas orientadas a un viraje más ecológico y, a partir de ese momento, vio limitada su acción expansiva por una fuerte presión social .
Caso Wilmar
En el año 2018, luego de una extensa investigación realizada por Greenpeace International salió a la luz que la empresa Wilmar , el mayor comerciante a nivel mundial de aceite de palma,estaba deforestando masivamente los bosques tropicales ubicados en la Isla de Papúa. La deforestación hasta esa fecha, se pudo calcular en una magnitud similar a la superficie de 2 ciudades del tamaño de París.
Greenpeace también acusó a Wilmar por no haber cumplido la política para combatir la deforestación a la cual había adherido su compromiso desde diciembre de 2013. La tensión se elevó al punto de que el jefe global de Greenpeace para el sudeste asiático, Kiki Taufik, salió al cruce en los medios para expresar su visión al respecto y dijo: “Wilmar debe suspender inmediatamente su trato comercial con aquellos proveedores de aceite de palma que no puedan certificar que no están contribuyendo a destruir los bosques tropicales de Papúa”.
También indicó que ” la firma Wilmar ha estado comercializando a nivel mundial el aceite de palma, incluso con las principales firmas alimenticias como Nestlé, Unilever y P&G .Estas grandes corporaciones no pueden hacer la vista gorda ante esta situación y no tienen más remedio que dar una respuesta clara y suspender todos los contratos con la firma Wilmar hasta que pueda probarse que solo comercializa aceite de palma con origen en plantaciones de productores responsables”